ISO 22000/BRC/IFS Seguridad alimentaria

ISO 22000 es una norma internacional que define los requisitos de un sistema de gestión de la seguridad alimentaria que abarca a todas las organizaciones de la cadena alimentaria. Estos requisitos que en ningún momento pretenden sustituir los requisitos legales y reglamentarios son: requisitos para desarrollar un Sistema APPCC de acuerdo a los principios enunciados en el Codex Alimentarius, requisitos para buenas prácticas de fabricación ó programa de prerrequisitos y requisitos para un sistema de gestión.

BRC es el estándar de certificación de producto promovido por el British Retail Consortium, que representa el 90% de los distribuidores ingleses, que tienen por objetivo evaluar a los fabricantes de los productos de marca “blanca” (marca privada) vendidos por los distribuidores, con el fin de garantizar su legalidad, calidad y seguridad alimentaria y asegurar la responsabilidad que se asume por ambas partes (fabricante y distribuidor) con estos productos. La certificación es asumida por el fabricante.

IFS es el referencial promovido por la asociación de distribuidores alimentarios de Alemania (HDE), Francia (FCD) e Italia (Federdistribuzione). Su objetivo es a dotar a los fabricantes de marca “blanca” y a los propios distribuidores minoristas, de un esquema para hacer frente al aumento de las responsabilidades legales y de seguridad alimentaria de los productos.

Estos referenciales están dirigidos a cualquier tipo de organización de la cadena alimentaria, con independencia de su tamaño y complejidad, que busca una gestión integrada y coherente dela inocuidad de los alimentos, más allá de los requisitos establecidos por la legislación:

• Productores de alimentación animal.
• Productores primarios.
• Transformadores de alimentos.
• Transportistas.
• Operadores de almacenaje y subcontratistas, venta al por menor y tiendas de distribución de servicios de comidas.
• Organizaciones interrelacionadas con la cadena alimentaria: productores de equipos, material de envase y embalaje, agentes de limpieza, aditivos, etc.

El uso de estas normas puede ayudar a la implantación en las empresas alimentarias de un sistema de gestión que facilite e incremente la inocuidad de sus productos y procesos y, por tanto, la seguridad y calidad de los mismos.
Esto redundará en un aumento en la confianza, por parte del consumidor, en los productos alimenticios ofertados, tanto en su aspecto higiénico sanitario como de calidad, con el consiguiente aumento de competitividad y penetración en un mercado cada vez más global y exigente.